Sabemos que hay un vestido para ocasión, una canción que acompaña cada momento importante de nuestra vida y, cómo no, un ron que pone el “toque especial” a esos momentos únicos e irrepetibles que vivimos, a esas ocasiones especiales que merecen un ron especial: uno de nuestros rones reserva.
Nuestra destilería, situada en el municipio de Arucas (Gran Canaria), lleva más de un siglo ofreciendo al consumidor nacional e internacional una gama de productos artesanales basados en la unión de una materia prima de calidad con un cuidadoso añejamiento de nuestros rones, elaborados con un excepcional aguardiente obtenido directamente de nuestra propia plantación de caña, lo que nos permite poder ofrecer un producto único y de una calidad insuperable. Así, contamos con tres rones muy especiales en nuestro portfolio: Ron Arehucas Reserva Especial 12 años , Ron Arehucas Añejo Reserva Especial 18 años y Capitán Kidd 30 años.
Nuestro Ron Arehucas Reserva Especial 12 años presenta un color caoba con reflejos dorados que, desde el primer vistazo, nos adelanta los sabores y aromas que vamos a encontrarnos en este ron único. En nariz, su paso por las barricas de roble americano le confieren unas notas aromáticas a frutos secos, madera y vainilla, ingredientes que dan complejidad y personalidad a este ron tan especial. Toda esta riqueza de aromas se realza en la boca con un paso redondo y muy delicado, regalando a nuestro paladar sabores y sensaciones de un ron inigualable.
Ron Arehucas Añejo Reserva Especial 18 años presenta por su parte un color caoba intenso, de reflejos cobrizos, en el que sus delgadas y lentas lágrimas nos adelantan que estamos ante un ron muy singular. En nariz, podemos comprobar su paciencia en barrica al predominar un marcado aroma a roble además de a delicadas notas de vainilla, caramelo y toques afrutados que le confieren una complejidad única. En boca todos estos aromas se realzan otorgando a este añejo un paso agradable, redondo y fácil de beber.
Y por último, nuestro Capitán Kidd representa, en cada uno de sus matices, nuestro espíritu, el paso de los años en nuestras centenarias bodegas… Nada menos que 30 años de reposo en barrica de roble: paciente, sin prisas y con un objetivo, el de satisfacer a los paladares más exigentes.