El Daiquiri: de la mina al bar

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Si Hemingway se aficionó al Daiquiri al ritmo del son cubano en El Floridita, por algo será. Si en “El guardián entre el centeno”, Holden Caulfield asegura que el Daiquiri es su bebida favorita, por algo será también. Pero, sobre todo, si más de un siglo después de su creación, a todos nos sigue apeteciendo un Daiquiri fresquito entre amigos de vez en cuando, es porque está delicioso. El Daiquiri es uno de los cócteles más consumidos y con más variantes del mundo: los hay de plátano (el favorito de Don Corleone), fresa, melocotón, piña… ¿pero saben cómo nació este combinado tan popular? ¡Nosotros se lo contamos!

Corría el año 1896 cuando en una Cuba recién bautizada, el ingeniero americano Jennings Cox inventó la primera versión del Daiquiri. Acababa de terminar la guerra Hispano-Americana y Cox fue enviado a Cuba a gestionar las minas de Sierra Maestra, una región al este de Santiago de Cuba.

En aquel país todavía en construcción, las condiciones de vida eran duras y la fiebre amarilla acechaba prácticamente en cada esquina. Sin embargo, los ingenieros gozaban de buenos salarios y recibían una ración de tabaco de manera periódica, por lo que Cox no dudó en hacer la maleta y mudarse a aquella tierra de color, salsa y exotismo. A su llegada, Cox, no contento con aquellas condiciones privilegiadas, negoció también recibir una ración mensual de ron blanco, al que poco a poco se empezó a aficionar.

En sus ratos libres, el estadounidense se dedicaba a probar y combinar la bebida con diferentes ingredientes que encontraba con el objetivo de suavizar y dulcificar el fuerte sabor del ron que percibía. Fue en una de las visitas que recibió de su país cuando decidió combinarlo con los productos más autóctonos de la tierra que lo había acogido. Sin gota de ginebra que ofrecerle a sus invitados (por aquel entonces la ginebra estaba mejor aceptada socialmente), el ingeniero puso en marcha sus dotes creativas e inventó el primero de los Daiquiris.

Mezclando ron blanco, zumo de la lima más autóctona y un poco de azúcar para dulcificar el sabor, Cox inventó la primera de las versiones del cóctel que todavía disfrutamos hoy en día. El éxito de su combinado fue tal que, cuando otro ingeniero cubano -Pagliuchi- fue a visitar a Cox a “Daiquiri”, una de las minas en las que trabajaba, el americano le preparó el mismo combinado para que lo degustara. Pagliuchi quedó maravillado y bautizó el cóctel con el nombre “Daiquiri”, en honor a la mina en la que probó el combinado por primera vez.

El combinado poco a poco fue extendiéndose y sumándose a la carta de los locales nocturnos más populares de Cuba, por lo que cada vez más gente lo disfrutaba. A día de hoy, el Daiquiri es uno de los cócteles con ron más consumidos de la historia -junto con el también famosísimo mojito- y ha traspasado las fronteras cubanas para que gente de cualquier rincón del mundo lo pueda disfrutar. Así que, la próxima vez que brinden con un Daiquiri, recuerden que este combinado, como el oro, también nació en las minas.

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